Hace un par de meses revisaba algunos de los videos que había grabado de mis series favoritas cuando aún estaba en el colegio . Estamos hablando los años 1996 -1997. Decidí ver algunos capítulos antiguos, que incluso estaban grabados incluyendo los comerciales de la época.
Fue una para no olvidar.
Todo se inició un día de Julio. Recuerdo que unos de los momentos que cambió mi vida fue cuando pudimos tener acceso por primera vez a television por cable. Esto nos permitió acceder a un mundo totalmente distinto. Películas al día, series de TV en su versión original, y temporadas completas de estreno sin capítulos repetidos una y otra vez. Fueron años que disfrutaba viendo aquellas series de television que, por el doblaje, a veces inhumano a los cuáles teníamos acceso en TV Nacional, nunca había podido entender. (Seinfeld doblada-mi peor experiecia).
Esta nueva forma de ver TV abrió a mi generación la opción de un entretenimiento variado. Recuerdo la experiencia de esperar por mi serie favorita cada semana. Grabando incluso los avances. Y al mismo tiempo, siguiendo los capítulos originales vía internet. Entrando a los foros donde discutíamos los capítulos estrenos y evitando a toda costa la tentación de leer los conocidos Spoilers. El fin de temporada era el más esperado. Con miles de teorías hechas a la medida, y conspiraciones para descubrir qué personaje viviría o moriría, que relación terminaría, cual comenzaría, y qué nuevos retos le esperaban a nuestros heroes la temporada siguiente. Toda esta experiencia era vivida en unos cinco meses, para luego dar paso a la resignación de esperar cerca de diez más hasta el estreno de la siguente temporada. Era una experiencia digna de recordar, donde nuestra paciencia y capacidad de rebobinar cada VHS que grabamos iba a guiar nuestras vidas en los próximos meses. En aquellos años esta era la experiencia más increíble.
Pero los tiempos cambian, y la tecnología nos ha traído una nueva forma de ver TV. Hace más o menos dos años, ya en el siglo XXI, le hice un comentario a mi hermano. Había comenzado a seguir una serie en su 10ma temporada. Algo tarde me interesé. Y le comenté que había encontrado on line solo dos temporadas. Mi hermano,mayor conocedor de los avances me dijo unas palabras mágicas que cambiarían mi vida nuevamente: "Porqué no te afilias a Netflix". Un mundo lleno de nuevos tesoros televisivos y cinematográficos se abriría ante mis ojos.
Mi hermano, me explicó en dos minutos lo que requería este servicio. Y en menos de uno ya me había creado una cuenta personal en este nuevo servicio de streaming. Comencé a surfear por sus buscadores, e hice una lista de las series que vería. Todo lo que fui descubriendo hacía latir mi corazón con más fuerza. Incluso podría revivir series de antaño, aquellas que me hacían reir de niña, y otras que nunca pude ver porque mis horarios no calzaban. La primera vez, abrí el primer capítulo de Greys Anatomy. Aquel que había dado inicio a este fenómeno televisivo que ya lleva 12 temporadas al aire. (Vale decir que fue uno de los mejores pilotos que he visto). La experiencia fue extraordinaria sobre todo porque no tenías las interrupciones de los comerciales, lo que aminoraba la tentación de hacer zapping, y perderte tal vez el inicio de la siguiente secuencia. Fue un bocadillo de placer para cualquier teleadicto. Pero lo mejor, faltaba. Al escuchar la música de los créditos finales, ocurrió lo que yo llamo, el fenómeno Netflix: mientras aún terminaban de pasar los créditos, una ventana paralela se abría en la parte inferior de la pantalla, con la sinopsis e imágenes del siguiente capítulo, y con un círculo rojo que anunciaba que faltaban 15, 14, 13, 12.....segundos para que se inicie el siguiente capítulo.
En ese momento es cuando solo un pensamiento cruza tu mente: Me voy a dormir o un capítulo más? . "No creo que me haga daño, son solo 45 minutos" es lo que uno se suele responder. Cuando menos te das cuenta, sabes que está amaneciendo, los pajaritos cantan, los motores de los autos te alertan, y el sol entra por tu ventana. Pero sobre todo, miras tu pantalla y te das cuenta que has podido romper el record de 10 capítulos en una noche. Lamentablemente, debes desconectarte, pues ahora sí debes ir a trabajar. Con pena, y dolor. Aprietas: Sign out, y apagas el televisor. No sin antes chequear la sinopsis del capítulo que sigue, y que seguramente retomarás terminada tus labores de mortales.
Esta experiencia que acabo de describir, es una experiencia que hoy en día tienen miles de personas alrededor del mundo. El fenómeno Netflix, ha convertido en una adicción para muchos, ha cambiado el significado de "maratón" de capítulos, y se ha convertido en un nuevo romance televisivo para muchos. Una experiencia personal entre el producto televisivo y tú. Pues tienes la libertad de adelantar, retroceder, ver tu escena favorita una y otra vez, ver los capítulos en el orden que desees, e incluso evitar algunos que sabes que fueron de los que se deberían olvidar.
Esta filiación con las series de antaño, y la conexión que se genera con el televidente, casi aditiva, ha motivado en los últimos tres años a la misma firma a lanzar su propia serie de enlatados originales (Netflix Original), miniobras de arte que vienen en paquetes de 10 a 13 capítulos, y que muchas veces son vistas en solo un día por los fanáticos alrededor del mundo.
Pero como toda bendición, nada es perfecto, pues aquellos que hemos tenido la desdicha de pegarnos a alguna de estas series, hemos tenido que esperar cerca de un año para la siguiente temporada. Lo cual nos lleva a pensar que si bien se ha creado una nueva forma más personalizada de ver television , nuestro nivel de paciencia se ha llevado a niveles estelares.
Con todo, Netflix nos ha permitido mayor independencia, y a propiciado que las cadenas televisivas varíen su programación de tal forma que también hoy en día las series no te duren más de 13 o 14 capítulos, salen por temporadas: otoño - invierno, y muy pocas llegan a la segunda temporada (salvo Shonda Rhimes que tiene un poder absoluto en crear hits televisivos como quien cocina galletas con chispa de chocolate).
Disfrutemos de estos tiempos, y comencemos a personalizar nuestra experiencia televisiva, e independencia para ver lo que queramos, cuando queramos y las veces que queramos. Es el poder de Netflix. (www.netflix.com)
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