jueves, 14 de enero de 2016

Lo que aprendí de The X Files (Expedientes Secretos X) Parte I

A propósito del re-estreno de esta serie de culto de los años 90s, con la que muchos hacíamos nuestras tareas o nos íbamos a dormir los días sábados, me ha interesado en esta ocasión, narrar un poco cuál fue el inicio de este romance casi eterno con esta creación televisiva de Chris Carter. 

Los que me conocen saben que marcó de algún modo mi adolescencia. En esta edad siempre buscamos identificarnos con algún cantante, grupo, libro, serie de TV, película, etc. Tenemos un interés inagotable por encontrar aquello que nos diferencie del resto, pero que a su vez, nos haga sentir parte de algo especial. Probé con innumerables grupos de adolescentes poperos, salseros, rockeros, pero ninguno lograba encender en mí aquel click" del que tanto hablaban, ninguno hasta aquella noche de octubre del año 1996. 

Luego de haber perdido la ansiada batalla por el control remoto del televisor principal a  manos de mi hermano, subí a mi cuarto para hacer el nivel de "zapping"  que me permitía mi televisor de "ruedita" de aquella época, entre novelas y programas concursos de antaño, una escena captó mi atención. En ella, un simpático narizón vestido de abrigo, discutía con una guapa peliroja de ojos azules, dentro de un auto, sobre los procedimientos cotidianos de una vigilancia hacia un sospechoso. 

                                             Tooms-Temporada 1. 1994

En los dos minutos y medio que duró la escena, además de llamarme la atención el uso de sus apellidos Mulder (David Duchovny) y Scully (Gillian Anderson). logré percibir por primera vez lo que algunos críticos de televisión llamaban "química" entre dos personajes. Este término se refiere a la capacidad de los actores de comunicar con tan solo miradas algún sentimiento, frustración, delirio o angustia, y que este "algo" sobrepase la pantalla. Algunos directores le llaman irónicamente, el "factor X", cuando tienen algo que todos atestiguan que "está allí", pero nadie sabe qué es, solo que lo consideran "especial" y produce en nosotros, los televidentes, una sensación y expectativa de querer verlos una y otra vez interactuando. Esta pareja de agentes la tenía. 


David Duchovny y Gillian Anderson-Pilot 1x1 (1993)

Gillian Anderson y David Duchovny-My struggle 10x01 (2016)

Esta química no se veía representado por un interés romántico en particular (los que han visto la serie saben que para que pasara algo, la espera se hizo casi eterna durante sus nueve temporadas); sino por la competencia intelectual casi armada por definir quién tenía la razón. Las personas que han visto la serie, saben que su atractivo principal, no estaba solo en los casos discutidos, o en los efectos especiales, o en la impecable escritura de su guion, sino en la manera cómo este nuevo dúo dinámico era capaz de llevarlo a la pantalla, y hacerlo "interesante" para cualquier expectador. Estoy segura, que en el 90% de las veces, no entendíamos ni una palabra de lo que decían, entre tanto término científico, pero era transmitido de tal manera que nos alucinábamos junto a ellos. El debate constante entre los fundamentos científicos VS. la apertura a todas las posibilidades. Ciencia Vs. Actividad paranormal. Esta oposición es lo que hizo de esta serie especial. 


The X Files no se trataba solo de extraterrestres, como muchas veces he escuchado a la gente comentar. Era una serie donde el objetivo primordial era encontrar la verdad. La cual no era, ni la tuya, ni la mía, ni la de ellos, sino aquella que según las posibilidades podíamos develar. Todos los casos, tanto los de la tan discutida "Mitología" como los del "Monstruo de la semana", estaban diseñados de tal forma que siempre te quedaba la duda si habría la posibilidad que hubieran ocurrido en la vida real o no. Jugaba de forma magistral con esa línea delgada entre realidad y ficción.


Al terminar este primer capítulo, recuerdo haber dicho "Wow", por primera vez, una serie de televisión me hacía cuestionar todos los parámetros de investigación que había aprendido de mi padre y abuelo e introducía por primera vez, las nuevas tecnologías, así como los procedimientos de autopsias y análisis de pruebas de ADN (quienes leen esto deben saber que antes que CSI, y todas sus franquicias, Bones, Criminal Minds, y todas las Law and order, fue Scully quien trajo estos procedimientos a la pantalla chica). Procedimientos que nunca antes se habían presentado como pruebas para la resolución de los casos más inimaginables, y menos por una mujer. Como dice Gillian Anderson, tanto para Mulder y Scully, y sus fans, ser inteligente se volvió "cool". 


Puedo pasarme horas detallando el esquema casi milimétrico de sus más de 200 capítulos, pero la verdad, es que hubieron dos aspectos básicos que aprendí de X files en esas nueve temporadas. En primer lugar, que la fe, independientemente si es en la ciencia, en la religión o en la verdad, es lo único que te guía en momentos de crisis; y,por otro lado, que nunca, nunca, debes darte por vencido, aunque tengas el mundo (y otros mundos) en contra tuya, y aunque ya nadie crea en ti, siempre hay esperanza para seguir creyendo en lo que consideras correcto (I want to Believe).


El primer aspecto se devela progresivamente cuando ambos personajes van probando sus teorías, su fe y sus convicciones a través de la serie. Veremos capítulos en los que no nos queda duda que Mulder tenía la razón, como capítulos en el que la experiencia científica de Scully salvaría muchas veces la vida de Mulder, e incluso aquellos capítulos que jugaban mucho con la religión y la fe en seres superiores. Lo interesante de este esquema es que en esta serie todo era cuestionable y hasta relativo, todo menos la fe en la verdad y la fe que se tenían ambos personajes, amistad basada en respeto y reconocimiento de las habilidades y la pasión de cada uno (ciencia y verdad). Podían sacarse los pelos en cada argumento, pero nunca cuestionar su integridad.


















El segundo aspecto, se transmite a lo largo de la serie, en los innumerables obstáculos que ambos tienen que sortear en su búsqueda de la verdad. No sólo cuando se vean enfrentados con antagonistas conocidos como "El fumador" o las innumerables caras que  el gobierno de turno tomaba, sino, en obstáculos simples y parecidos a los que nosotros mismos lidiamos día a día: la competencia desleal, los celos profesionales, los rumores sin fundamento y los clásicos estereotipos y etiquetas sin sentido.




Pero aún con ello, ambos personajes llegaron a un nivel de indiferencia admirable al no importarles lo que opinaran los demás , ni verse afectados por los apodos como "Spooky Mulder" o "Mrs. Spooky", pues su fin era aún mayor. En este proceso, lograron obtener el apoyo de diferentes personajes, algunos se convertirían en amigos entrañables como "Los Pistoleros Solitarios" (que hasta serie propia tuvieron), y otros que brindaron su apoyo como aliados, entre ellos figuras políticas e "insiders" que arriesgaron todo, incluso su vida, por la verdad. En conclusión, dentro de su cruzada ganaron y perdieron compañeros, al final siempre quedaban los de mayor ética y temple, además de aquellos que compartían con los personajes su amor por la verdad.


Deep Throat o Garganta profunda, 
aliado de Mulder durante la Primera Temporada
"The Three LoneGunmen" o "Los pistoleros solitarios"

Finalmente, en esta búsqueda no estaba permitido retirarse o renunciar. Durante las nueve temporadas solo vi a Mulder redactar una carta de renuncia una única vez, y fue cuando pensaba que había perdido a Scully de por vida. Cosa que al final no sucedió, pero que retrató el corazón de la serie y con lo que se mantendría hasta el final: Ya no solo era importante llegar a la verdad, sino llegar a la verdad juntos, como equipo, con el reconocido lema "Don't give up" (No te rindas).


The X files marcó a una generación y sirvió de referencia a muchas otras series que vendrían en el futuro, ayudó a sentar terreno para personajes femeninos fuertes y competentes, así como a brindarle mayor sustento la ciencia ficción, a lo paranormal, y sobre todo sirvió para alimentar nuestro interés en lo que no podemos comprender y a la consecuente búsqueda inagotable por lo desconocido. Una serie que vale la pena disfrutar nuevamente en su regreso. Por cultura general, es un "must". Disfrútenla. 

No se pierdan "The X Files" en Netflix. Temporadas 1 a la 9. 





jueves, 22 de octubre de 2015

Netflix-Una nueva forma de ver TV-By Ileana Mulder

 
 
Hace un par de meses revisaba algunos de los videos  que había grabado de mis series favoritas cuando aún estaba en el colegio . Estamos hablando los años 1996 -1997. Decidí ver algunos capítulos antiguos, que incluso estaban grabados incluyendo los comerciales de la época.
Fue una  para no olvidar.
 
Todo se inició un día de Julio. Recuerdo que unos de los momentos que cambió mi vida fue cuando pudimos tener acceso por primera vez a television por cable.  Esto nos permitió acceder a un mundo totalmente distinto. Películas al día, series de TV en su versión original, y temporadas completas de estreno sin capítulos repetidos una y otra vez. Fueron años que disfrutaba viendo aquellas series de television que, por el doblaje, a veces inhumano a los cuáles teníamos acceso en TV Nacional, nunca había podido entender. (Seinfeld doblada-mi peor experiecia).
 
Esta nueva forma de ver TV abrió a mi generación la opción de un entretenimiento variado. Recuerdo la experiencia de esperar por mi serie favorita cada semana. Grabando incluso los avances. Y al mismo tiempo, siguiendo los capítulos originales vía internet. Entrando a los foros donde discutíamos los capítulos estrenos y evitando a toda costa la tentación de leer los conocidos Spoilers. El fin de temporada era el más esperado. Con miles de teorías hechas a la medida, y conspiraciones para descubrir qué personaje viviría o moriría, que relación terminaría, cual comenzaría, y qué nuevos retos le esperaban a nuestros heroes la temporada siguiente. Toda esta experiencia era vivida en unos cinco meses, para luego dar paso a la resignación de esperar cerca de diez más hasta el estreno de la siguente temporada. Era una experiencia digna de recordar, donde nuestra paciencia y capacidad de rebobinar cada VHS que grabamos iba a guiar nuestras vidas en los próximos meses. En aquellos años esta era la experiencia más increíble.
 
 
Pero los tiempos cambian, y la tecnología nos ha traído una nueva forma de ver TV. Hace más o menos dos años, ya en el siglo XXI, le hice un comentario a mi hermano. Había comenzado a seguir una serie en su 10ma temporada. Algo tarde me interesé. Y le comenté que había encontrado on line solo dos temporadas. Mi hermano,mayor conocedor de los avances me dijo unas palabras mágicas que cambiarían mi vida nuevamente: "Porqué no te afilias a Netflix".  Un mundo lleno de nuevos tesoros televisivos y cinematográficos se abriría ante mis ojos.
 
 
Mi hermano, me explicó en dos minutos lo que requería este servicio. Y en menos de uno ya me había creado una cuenta personal en este nuevo servicio de streaming. Comencé a surfear por sus buscadores, e hice una lista de las series que vería. Todo lo que fui descubriendo hacía latir mi corazón con más fuerza. Incluso podría revivir series de antaño, aquellas que me hacían reir de niña, y otras que nunca pude ver porque mis horarios no calzaban. La primera vez, abrí el primer capítulo de Greys Anatomy. Aquel que había dado inicio a este fenómeno televisivo que ya lleva 12 temporadas al aire. (Vale decir que fue uno de los mejores pilotos que he visto). La experiencia fue extraordinaria sobre todo porque no tenías las interrupciones de los comerciales, lo que aminoraba la tentación de hacer zapping, y perderte tal vez el inicio de la siguiente secuencia. Fue un bocadillo de placer para cualquier teleadicto. Pero lo mejor, faltaba. Al escuchar la música de los créditos finales, ocurrió lo que yo llamo, el fenómeno Netflix: mientras aún terminaban de pasar los créditos, una ventana paralela se abría en la parte inferior de la pantalla, con la sinopsis e imágenes del siguiente capítulo, y con un círculo rojo que anunciaba que faltaban 15, 14, 13, 12.....segundos para que se inicie el siguiente capítulo.

 
En ese momento es cuando solo un pensamiento cruza tu mente: Me voy a dormir o un capítulo más? . "No creo que me haga daño, son solo 45 minutos" es lo que uno se suele responder. Cuando menos te das cuenta, sabes que está amaneciendo, los pajaritos cantan, los motores de los autos te alertan, y el sol entra por tu ventana. Pero sobre todo, miras tu pantalla  y te das cuenta que has podido romper el record de 10 capítulos en una noche. Lamentablemente, debes desconectarte, pues ahora sí debes ir a trabajar. Con pena, y dolor. Aprietas: Sign out, y apagas el televisor. No sin antes chequear la sinopsis del capítulo que sigue, y que seguramente retomarás terminada tus labores de mortales.
 
Esta experiencia que acabo de describir, es una experiencia que hoy en día tienen miles de personas alrededor del mundo. El fenómeno Netflix, ha convertido en una adicción para muchos, ha cambiado el significado de "maratón" de capítulos, y se ha convertido en un nuevo romance televisivo para muchos. Una experiencia personal entre el producto televisivo y tú. Pues tienes la libertad de adelantar, retroceder, ver tu escena favorita una y otra vez, ver los capítulos en el orden que desees, e incluso evitar algunos que sabes que fueron de los que se deberían olvidar.
 
Esta filiación con las series de antaño, y la conexión que se genera con el televidente, casi aditiva, ha motivado en los últimos tres años a la misma firma a lanzar su propia serie de enlatados originales (Netflix Original), miniobras de arte que vienen en paquetes de 10 a 13 capítulos, y que muchas veces son vistas en solo un día por los fanáticos alrededor del mundo.
 
 
Pero como toda bendición, nada es perfecto, pues aquellos que hemos tenido la desdicha de pegarnos a alguna de estas series, hemos tenido que esperar cerca de un año para la siguiente temporada. Lo cual nos lleva a pensar que si bien se ha creado una nueva forma más personalizada de ver television , nuestro nivel de paciencia se ha llevado a niveles estelares.
 
Con todo, Netflix nos ha permitido mayor independencia, y a propiciado que las cadenas televisivas varíen su programación de tal forma que también hoy en día las series no te duren más de 13 o 14 capítulos, salen por temporadas: otoño - invierno, y muy pocas llegan a la segunda temporada (salvo Shonda Rhimes que tiene un poder absoluto en crear hits televisivos como quien cocina galletas con chispa de chocolate).
 
Disfrutemos de estos tiempos, y comencemos a personalizar nuestra experiencia televisiva, e independencia para ver lo que queramos, cuando queramos y las veces que queramos. Es el poder de Netflix. (www.netflix.com)
 
Cuéntanos tu opinion o escríbenos a ileanamulder@gmail.com